sábado, 24 de septiembre de 2011

Periploca Graeca (CORNICAL GRIEGO)

Durante el curso pasado tuve la oportunidad de acompañar a Fe, Tomás, Teodoro y Abundio en su labor didáctica por la zona de Legamarejo y Picotajo. Se trataban de unas excursiones didácticas organizadas por la Fundación Aranjuez Paisaje Cultural, durante las cuales se les impartían unas pequeñas charlas a los escolares participantes, teniendo como temas principales el conocimiento de las Huertas y Paseos Arbolados del Real Sítio, así como una práctica demostración de cómo se diseñaron los trazados de estos lugares. Durante la excursión se iba parando en algunos sítios para ir explicando qué era todo lo que se veía a nuestro alrededor.


Así fué como, en una de esas paradas, yo me separé del grupo y me dediqué a "explorar" los alrededores en busca de cualquier cosa que me llamara la atención. No tardé mucho en fijarme en unas pequeñas y preciosas flores, de color malva oscuro, que sobresalían de un matorral que a su vez rodeaba a un pequeño árbol. Fijándome un poco más, observé que la flor pertenecía a una planta trepadora: la Periploca graeca.


Efectivamente, la Periploca graeca es una trepadora, que llega a alcanzar los 10 metros de longitud, y cuyas brillantes hojas, ovaladas o lanceoladas, miden hasta 12 cm de largo.
Sus flores, de unos 2,5 cm de diámetro, aparecen entre mayo y julio, y desprenden un olor algo desagradable. Sus frutos, a los que no pude fotografiar ya que aún no estaban desarrollados, son de forma cilíndrica, de unos 10-12 cm de largo por 1 cm aprox. de ancho.


Esta planta parece ser que procede del sudeste de Europa y oeste de Asia. Se cultivaba en huertas y se había naturalizado en algunos puntos del sur y sudeste de España durante el siglo XIX. En la actualidad se la dá casi por desaparecida en la Península, pero aquí en Aranjuez es muy fácil verla por los Sotos Históricos e incluso en el Jardín del Príncipe, donde empieza a ser un problema debido a su propagación.
La Periploca se cultivaba para aprovechar su fibra, la cual se empleaba para hacer hilaza textil.
El jugo lechoso de esta especie es acre y muy tóxico para el corazón. Una especie exótica, la Periploca nigrescens, se empleaba para envenenar flechas.
Tened mucho cuidado si os encontrais con esta planta y llegais a tocar su jugo.


3 comentarios:

  1. Mingo:
    Poco a poco, como hace con nuestros árboles la trepadora de esta entrada, voy invadiendo tus espacios, ilustrándome con tus textos y degustando tus fotografías. De nuevo me tomo la libertad de enlazar uno de tus blogs, éste que leo, con el mío, espero de este modo facilitar a mis lectores el gozo de conocer tus trabajos.
    ¡Muchas gracias!
    Saludos,
    Cecilio

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  2. Es un gran honor contar con tu presencia en este humilde sitio.
    Gracias a tí por contribuir a su difusión. Un abrazo

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