jueves, 18 de julio de 2013

Albizia julibrissin - ACACIA DE CONSTANTINOPLA

La Acacia de Constantinopla (Albizia julibrissin), también llamada “árbol de la seda de Irán" y "acacia de Persia", procede, como atestiguan sus nombres, del área oriental del Mediterráneo, aunque se encuentra por toda Asia meridionalhasta China.


Se trata de un árbol de pequeña o mediana magnitud al llegar, como máximo, a los 10-12 metros de altura, aunque en los ejemplares cultivados en jardinería estas cotas suelen quedar bastante rebajadas.
El delicado aspecto de su follaje, el cual pierde en otoño, viene dado por la intensa división de las hojas en pequeñas partes independientes llamadas folíolos, insertados de forma ordenada a ambos lados de los nervios foliares. Visto en conjunto, dicho follaje es de una textura muy liviana, que se asemeja a las frondes de los helechos.


El tronco es corto y, si no es corregido a través de la poda, se ramifica a poca altura desarrollando una estructura de ramas numerosas que constituyen una copa amplia, a veces el doble de ancha que de alta, redondeada y plana en su cima. Posee una floración de gran vistosidad con numerosos estambres abiertos en corona, blancos en su mitad inferior y rosa fuerte en la superior, y que visten al árbol, en mayor o menor medida, durante largas semanas en verano. Las legumbres marrones, de hasta 14 cm de longitud, cuelgan de las ramas a partir del mes de septiembre.


En Aranjuez puede verse por varias calles, pero quizá la mas representativa sea la calle Almansa, donde hace unos pocos años se plantó de este bello árbol toda la acera que linda con los chalets del antiguo Cuartel de Almansa. A pesar de su juventud, las acacias allí plantadas ya proveen de buena sombra a los viandantes que por allí pasan, a la vez que proporcionan un exótico colorido a la calle en su época de floración.

PROPIEDADES TERAPÉUTICAS:

Se ha sugerido que la albizia puede ser útil para la ansiedad y la depresión. Las flores de albizia se han usado tradicionalmente como carminativo (para reducir gases intestinales), sedante, tónico y como ayuda digestiva. También se han usado para tratar el insomnio, la irritabilidad, la dificultad para respirar y la pérdida de la memoria. La corteza del tallo también se ha utilizado como analgésico, antihelmíntico (para expulsar gusanos parásito), diurético (para aumentar la frecuencia de micción), oxitócico (para facilitar el parto), estimulante y para tratar forúnculos y carbuncos (abscesos). Aplicada a la piel, la corteza del tallo se ha utilizado para potenciar la cicatrización de heridas y reducir la hinchazón. El extracto gomoso de la planta se ha utilizado para proteger abscesos y forúnculos y como elemento de retención para fracturas y esguinces.

2 comentarios:

  1. Es curioso, no he visto ninguna en Asturias, ni siquiera en el Botánico de Gijón.
    Bonitas fotos.
    Saludos.

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  2. Aquí en Aranjuez las tenemos como árbol ornamental en algunas calles, y la verdad es que, a parte de su sombra, aportan un gran colorido al paisaje urbano. Saludos paisano.

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