Debido a las labores de riego, hay algunas zonas del Jardín de La Isla que se suelen inundar más de lo debido, como es el caso de la pradera que hay junto a la Fuente de Diana.
Este hecho suele ser aprovechado por algunos patos para darse un tranquilo chapuzón, como éste que os muestro, que ajeno a los visitantes que había por la zona se dedicó a acicalar su plumaje.
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