Durante los meses más fríos, estas plantas se convierten en el hábitat perfecto para resguardar a numerosos invertebrados, que se acoplan entre sus hojas basales y las abundantes y enmarañadas raíces. Después, durante la primavera y el verano, el limonium produce una fina pero vigorosa inflorescencia compuesta por numerosas y diminutas flores de un azul pálido violáceo que atraen a los insectos.
Por cierto, de ésta planta depende en gran medida la subsistencia del
Cryptocephalus bahillo, un pequeño insecto parecido a un escarabajo, que ha sido descubierto en el año 2003 en Rivas-Vaciamadrid.
Fotos realizadas en la Reserva del Regajal
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