Es una verdadera casualidad que en dos días seguidos me encuentre con esta planta en dos lugares distintos. Digo casualidad porque no es muy común ni en nuestros jardines, ni en casas particulares. Las imágenes que podeis ver más abajo están captadas en una casa baja y en el balcón de un piso.
La Azucena es una bonita planta perenne y herbácea que crece a partir de un bulbo escamoso, relativamente grande y de color blanco. Su tallo no suele superar el metro de altura, y todo él aparece recubierto de hojas, unas extendidas en torno y otras erguidas. Las flores, blancas, y que suelen aparecer en mayo, forman un ramillete terminal.
Esta bellísima flor, cuyo nombre científico es Lilium candidum es muy apreciada en los hogares y también como elemento de decoración, ya que se caracteriza por su intenso aroma que llega incluso a embriagar, sobre todo por la noche.
Los bulbos, cocidos al rescoldo o hervidos con agua o leche, son muy emolientes madurativos. Aplicados sobre un callo o sobre cualquier callosidad, producen una rápida madurez. Para esto, se renueva cada hora el bulbo cocido. Es infalible contra los abscesos, panadizos, furúnculos y espinillas.
Las azucenas, puestas en remojo en aguardiente durante 6 horas, por lo menos, curan también los desgarros y contusiones. e. Con los pétalos de azucena se prepara, por maceración en aceite de almendras o de olivas, un nuevo aceite que se emplea como calmante en los dolores de oído y contra las grietas mamarias.
En las boticas preparan también con los pétalos de esta flor un excelente hidrolado contra la tos.
NOTA:
Esta especie tuvo que ser protegida por el CITES (Convenio del Comercio Internacional de Especies en Peligro de la Fauna y la Flora Silvestres), para evitar que se comerciara con los pocos ejemplares silvestres que aún quedaban.
PARA SABER MAS:
preciosas, te felicito amigo.
ResponderEliminarGracias, Julia, la verdad es que al natural lo son aún más.
ResponderEliminarsaludos